Cuando recibes una llamada por parte del director de la escuela para decirte que tu hijo se está portando mal. Estoy segura de que por tu mente pasan pensamientos cómo: “no quiero que mi hijo sea problemático o qué estoy haciendo mal como mamá”. Siempre recuerda que la escuela raramente llama para felicitarte o hacerte saber las cosas buenas que hizo tu hijo en el día. Pero no tomes a la ligera el llamado de atención que hace la escuela.
Reúne toda la información para saber exactamente qué es lo que está ocurriendo:
- Habla con tu hijo: Pregúntale que ocurre en el salón de clases, pero ojo, no guíes sus respuestas haciendo preguntas como estas: ¿Verdad que siempre te portas bien en clase hijo? Mejor intenta con algo como esto: ¿Qué tal tu día en la escuela? ¿Hubo algo diferente a los demás días? ¿Qué haces cuando terminas tu trabajo en clase?
- Pide una entrevista con la maestra: el objetivo de esta actividad es tocar el tema con el maestro de manera objetiva. Me refiero a que no se vale ir a la defensiva y proteger a tu hijo con comentarios como: “que raro, el no hace eso en casa” exprésate con sinceridad y hazle preguntas a la maestra sobre el comportamiento y actitud en general de tu hijo dentro de la escuela.
- Usa otras fuentes de información: un buen recurso es crear una lista de situaciones o factores en su entorno que puedan ser causantes de un cambio de conducta, por ejemplo: tomar un medicamento nuevo, enfrentarse a algún miedo, si ha habido cambios en el núcleo familiar.
- Buscar una valoración profesional: no te alarmes si en la escuela te sugieren que tu hijo pueda tener un problema de aprendizaje o te pide realizarle una valoración emocional. Realizar un test ayudará a tener una idea más clara del origen de los comportamientos y será más fácil darle solución.
Una vez esté identificado el problema. Lo primero que hay que hacer es desarrollar una estrategia en la que intervengan los padres y la maestra de grupo. El trabajar en equipo ayuda a que tu hijo se comporte de forma parecida en casa y escuela al sentir el mismo estilo de control sobre sus acciones.
Para ver mejores resultados te sugiero:
- Resuman claramente el comportamiento esperado en términos positivos, por ejemplo: si lo que hace tu hijo es molestar a otros niños o distraerlos en clase. Pídele lo siguiente: “céntrate en tu trabajo, acaba tus deberes y permanece sentado en tu lugar”
- Dale seguimiento: fija citas semanales con la maestra para conocer el progreso de tu hijo y no aflojes el paso en la estrategia que definieron. Es muy importante la perseverancia.