Dale a tu hijo el regalo de tener un sentido positivo de si mismo.

Un niño con amor propio necesita, a la vez, una percepción realista de sus habilidades. Por eso, es muy importante trabajar tan temprano como sea posible.

El amor propio significa sentirse satisfecho por el comportamiento adecuado y por los logros merecidos.

Las personas con un amor propio saludable también saben respetar a otras personas. Ellos no necesitan hacer menos a otras personas o exagerar sus habilidades o talentos.

Por ponerte un ejemplo: quien tiene amor propio, no necesita mostrar sus pertenencias o mucho dinero para poder sentirse bien con sí mismos.

Educar a tu hijo bajo este ejemplo le ayudara a saber valorarse por sus méritos y será menos probable que permita que alguien lo manipule o se deje llevar por las apariencias. Y lo mejor, es que cuando cometan un error no se desanimaran al grado de “tirar la toalla” si no que comprenderán que no siempre se puede ganar y será capaz de aceptar sus errores como parte de la vida.

Sin embargo, enseñar a los niños el amor propio no significa elogiaros por cualquier cosita. También necesitan la crítica constructiva de vez en cuando. Cuando los criticamos, debe ser por las cosas que han hecho, no a ellos personalmente.

Tú puedes ayudar a desarrollar su percepción positiva en casa con estas actividades:
Hazle saber con comentarios sinceros y reales cuales son sus fortalezas y talentos.
De manera natural cuéntale sobre tus errores cometidos en el día y como lo solucionaste
Dile repetidamente cuanto lo quieres, lo valioso que es para toda su familia.
Cuando se presente la oportunidad explícale que no valemos más o menos por las cosas materiales.
Ponle ejemplos sobre los diferentes caminos que hay para llegar a conseguir una meta: el camino largo o el atajo y cuales son sus ventajas y desventajas. Esto ayudará a que sepa tomar decisiones adecuadas.

Ejemplo:
—¿Por qué tan triste, Carlitos?
—Me hice pipí en la escuela
—¿Qué estabas haciendo 
cuando ocurrió?
—Es que me quedé jugando y se me olvidó ir al baño.
—Ok, lo que pasó fue un accidente, tu ya sabes ir controlarlo. ¡Anímate, hijo!para la próxima corre al baño para que no te vuelva a pasar ahora ya aprendiste esa lección

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