Ayudarle a tu hijo con la tarea y comprarle un dulce por haber sido responsable en sus actividades toda la semana, es muy diferente a, hacerle la tarea y comprarle el dulce para que deje de hacer berrinche en la caja del supermercado, son situaciones completamente distintas que marcan la pauta en la actitud de tu hijo.
El exceso de atención y protección para los niños genera una alta probabilidad de que desarrollen conductas altaneras o groseras, no solo con sus padres sino también en la escuela y en general con quienes conviven día a día.
Si te preguntas ¿Hasta dónde es sano complacer y atender a mi hijo para no volverlo caprichoso? Piensa en lo que sabes que es capaz de hacer o lo que realmente merece de acuerdo a su actitud y situación.
Nuestra recomendación es:
Diseña reglas claras para tu casa, salidas a un paseo o cuando te acompañen a hacer un mandado.
Asegúrate de hacérselas saber a tus hijos y de hacerlas cumplir.
Procura que sean pocas reglas, muy claras y aterrizadas a la realidad
Con su consecuencia por cada acción no cumplida.
No las cambies seguido porque entonces no serán firmes.
Siempre piensa en que una infancia sin límites, será una adolescencia desorientada.