Es imposible mantener a nuestros hijos en una burbuja de protección, pero si podemos prevenir acciones que puedan causar un accidente.
La forma más común de hacerlo es con un ¡NO ¡No corras! ¡No vayas para alla! ¡No te vayas a caer!
¿Crees que realmente nos hacen caso?
Sucede que cuando le decimos a los niños una indicación en negativo, no es tan efectiva porque estamos provocando justamente lo que no queremos que haga!
Imagínate que te digo: no pienses en el color azul…. Seguramente pensaste inmediatamente en eso. Lo mismo sucede con lo que le dices a tu hijo.
El NO” es un concepto abstracto para los niños en edades menores a los 6 años, que está en contra a sus necesidades en cuanto a exploración de su entorno y desarrollo de su sentido de la autonomía e iniciativa.
Ahora, si intentas cambiar tu indicación a positivo y reemplazas el NO por una frase que explique lo que puede suceder si hace una acción en específico es más fácil que tu hijo lo entienda y te obedezca.
Por su puesto que es válido usar la palabra NO o darle indicaciones en negativo, pero ten en cuenta que Tu hijo escuchara esa palabra con mucha frecuencia, y tú lo escucharas de tu hijo también con frecuencia.
Usa el poder que tienen tus palabras y tu rol de líder para ejercer una buena influencia a tu hijo explicándole la acción y consecuencia sobre su autocuidado y verás que es más sencillo que haga caso a lo que le dice
